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El ex-presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, padece Alzheimer y su familia creó una fundación para ayudar a encontrar la cura de este mal. Imagen: Elan Corporation |
Para los enfermos de Alzheimer, la demencia senil que sólo enlos Estados Unidos afecta a cuatro millones de personas, lanoticia de una vacuna que podría detener la formación de placascerebrales fue motivo de renovadas esperanzas el año pasado. Sinembargo, algunos científicos mostraron sus reservas por losposibles efectos colaterales que podría ocasionar la vacuna quehasta ahora sólo fue probada en animales de laboratorio.
Ahora, dos nuevos estudios publicados en la revista Naturemuestran que la vacuna sería efectiva para detener elproceso de deterioro de la memoria, según se ha comprobado enratones de laboratorio.
Trampa para ratas
Al iniciar las investigaciones, los científicos de laUniversidad de Florida del Sur (University of South Florida) estabandispuestos a probar que la vacuna, desarrollada el año pasadopor la compañía farmacéutica Elan,podría causar exactamente el efecto contrario para el cualhabía sido diseñada. En lugar de preservar la memoria, sesuponía que la vacuna podría deterioriaría si el sistemainmunitario del paciente reaccionaba en forma adversa.
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El ratón blanco, a la izquierda de esta piscina, no logró encontrar la plataforma sumergida (flecha roja). Imagen: WSTF, Tampa |
Por suerte, esto no ocurrió. Los estudios se hicieron en ungrupo de ratones modificados genéticamente. Estos ratones, alrecibir un gen humano durante su gestación, son capaces dedesarrollar durante su madurez, la enfermedad de Alzheimer, untipo de demencia que sólo se observa en los seres humanos y quetiene como característica más notable la pérdida de lamemoria. Los investigadores estudiaron la capacidad retentiva delos ratones para moverse en un laberinto. "Los ratonesvacunados pudieron aprender de memoria el recorrido, pero los novacunados fracasaron", explicó David Morgan, autor delestudio. "De modo que no sólo no encontramos lo quetemíamos hallar, es decir, una pérdida prematura de memoria,sino que descubrimos que la vacuna los protege del deterioro queles hubiese ocasionado la enfermedad de Alzheimer".
Para determinar si la vacuna provocaba pérdida de la memoria,los ratones fueron evaluados varios meses después de lainoculación pero antes del momento en que previsiblementedeberían empezar a notarse los signos del deterioro (11 meses ymedio de edad). A esa edad, los ratones son comparables a unapersona de 60 años. Los ratones inoculados no mostraron ningúnsigno de Alzheimer, mientras que los no vacunados empezaron aperder la memoria.
Un grupo de científicos de la Universidad deToronto publicó resultados similares. El equipo liderado porPeterSt. George-Hyslop utilizó un modelo diferente de ratontransgénico, y también distintos tiempos de vacunación, perolo resultados mostraron que los ratones vacunados mejoraban sumemoria.
En las profundidades del cerebro
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Los depósitos de la proteína ß-amiloide se ven como manchas marrones a la izquierda de esta imagen. A la derecha, dichos depósitos desaparecieron tras la vacunación. Imagen: Elan Corporation |
La vacuna, desarrollada por la firma irlandesa ElanPharmaceuticals, provocó más de una polémica cuando fueanunciada en julio de 1999, en la revista Nature. La idea era queesta vacuna evitaría la formación de las llamadas placas amiloides, fragmentos de proteínasque se acumulan en el cerebro durante la enfermedad de Alzheimer.Junto con las neurofibrillas, las placas amiloides causandaños neuronales que a su vez conducen a los signos de laenfermedad.
Si bien el año pasado comenzó la evaluación de la vacuna enseres humanos, los científicos de Elan no tenían manera dedeterminar en los ratones si la vacuna les mejoraba la memoria osimplemente actuaba eliminando las placas. Había posibilidades,incluso, de que la vacuna empeorara la situación.
Debido a que la vacuna consiste en una inyección de la mismaproteína que forma las placas -la proteína beta amiloide- loscientíficos estaban preocupados de que esta inyección podríadesencadenar una reacción inmunitaría que terminaría matandocélulas cerebrales. De hecho, no está claro si los síntomas dela enfermedad son causados por las placas o por una reaccióninmunitaría contra la proteína beta amiloide.
"Consideramos que la vacuna no estaría indicada paratratar seres humanos", explicó Morgan. "La idea erademostrar en los ratones modelo que la vacuna desencadenaba una pérdidaprematura de memoria, y que dicho efecto nos estaría indicandoque no es conveniente activar el sistema inmunitario en elcerebro".
Morgan comentó que tenían la idea de detener los estudios enseres humanos, pero que ahora cambió de opinión. En julio, lacompañía Elan informó en el congreso mundial de Alzheimer (World Alzheimers Congress) que se hademostrado que los estudios en seres humanos son seguros. Quienesestán dispuestos a iniciar el tratamiento piloto saben deantemano que podrán recibir la vacuna o un placebo, ya que elensayo es "ciego", es decir, ni el paciente ni elmédico saben lo que se les está inyectando durante el tiempoque dura el ensayo clínico.
Como la idea del pinchazo es poco atractiva, los científicosestán investigando nuevas maneras de suministrar la vacuna. Enla Escuela de medicina de Harvard, se está probando una vacunanasal que también reduce las placas amiloides en ratones. Losresultados se publicaron en octubre en la revista Annals ofNeurology. La vacuna nasal funciona es fácil de usar-funciona como un inhalador- pero podría ser menos efectiva quela inyectable.
El siguiente paso, según Morgan, será analizar si la vacunapuede revertir la pérdida de memoria. La idea es evaluar a losratones transgénicos a los 15 meses para constatar que ya sufrenun deterioro de la memoria, producto de la enfermedad. Luego, selos vacunará durante varios meses y finalmente se los evaluarápara ver si la vacuna produjo alguna mejoría. "Si se lograuna recuperación, este tratamiento sería realmente milagroso",considera Morgan.
Otros sitios de interés:
National Institute on AgingsAlzheimers Disease Centers Program Directory (en inglés)
Alzheimers Disease Clinical Trials Database(en inglés)
AlzheimersDisease Education Referral Center (en inglés)
NIH 1999 Progress Report on AlzheimersDisease (en inglés)
TheBrain and Alzheimers Disease (en inglés)
Por Jill Max